lunes, junio 03, 2019

Crónicas decorativas (un manifiesto)

También en 1914, tras las publicaciones de Pessoa sobre la “Nova Poesía Portugueza” de 1912 y 1913 en la revista A Aguia; y en el mismo año de la llamada “eclosión heteronímica”, Pessoa concibió el proyecto de escritura que tituló “Crónicas decorativas”, del cual publicó una única muestra el 12 de septiembre de 1914 en el N º 12 del diario lisboteta O Raio. El elemento común a estas crónicas (la publicada y las que permanecieron inéditas en vida de Pessoa) es una idea paradójica y oscura de la realidad, que incorpora lo inexistente entre lo real y asume la realidad como ficción, como algo construido por entes falsos. Una realidad a la que solo podría mirarse con un objetivismo estético (como el que representa, tal vez, el heterónimo maestro Alberto Caeiro) y que patentiza la necesidad también de una ontología y una estética de lo inexistente y también de las ciencias que las acompañan como son la psicología y una antropología que, en un tono también humorístico y, por momentos, satírico y caricaturizante de aspectos del momento histórico de Portugal y de Europa, Pessoa despliega en estos escritos. Uno de los inéditos, que constituiría una especie de bosquejo teórico de las pretensiones de dichas “Crónicas”, publicado íntegramente por Fabrizio Boscaglia en el N º 9 de la revista Pessoa Plural, es el que hoy re-visito aquí en el blog.


Fernando Pessoa por Lina Ceballos (Nama Cega). Dibujo con intervención digital.









[BNP/E3, 1114X-52v]


Crónicas decorativas.


    Toda la gente es la caricatura de una única persona que no existe. Ninguno de nosotros podría figurar en una novela realista. Somos todos falsos, completamente irreales.

    El romanticismo, lo melodramático, lo caricaturesco, lo grotesco: son estas tendencias las que representan la vida, la verdad, la realidad. El realismo es un delirio, la pretensión loca de forzar la realidad a ser sobria, comprensible y clara. La realidad, sin embargo, es lo menos comprensible y claro que existe. La realidad no tiene nada de práctico ni de sobrio. Por esto es mucho más humano, natural, espontáneo y fiel ser poeta que ser estadista o estratega. El poeta no sueña, no delira, no es artífice: parte de la realidad por una visión directa. Es el estadista que sueña y se extravía de la realidad. Es el estratega que juega y se olvida de la vida.

    Es justo al hecho de no ser prácticos que los hombres prácticos deben su victoria. Es la vasta y compleja poesía de saber que existen y no tener poesía ni saber alguno lo que lleva al hombre práctico a vencer.



Original portugués:


Chronicas Decorativas.

Toda a gente é a caricatura d’uma unica pessôa que não existe. Nenhum de nós podia figurar n’um romance realista. Somos todos falsos, inteiramente irreaes. 


O romantismo, o melodramatico, o caricatural, o grotesco – estas tendencias são as que representam a vida, a verdade, a realidade. O realismo é um delirio, a pretenção louca a forçar a realidade a ser sobria, comprehensivel e clara. A realidade, porém, é o que ha de menos comprehensivel e claro. A realidade nada tem de practico nem de sobrio. Porisso é muito mais humano, natural, espontaneo e fiel ser poeta do que ser estadista ou estrategico. O poeta não sonha, não delira, não artificía – parte da realidade por uma visão directa. É o estadista que sonha e se extravia da realidade. É o estrategico que brinca e se esquece da vida. 

É ao facto de não serem practicos que os homens practicos devem a sua victoria. É a vasta e complexa poesia o saber que existem em não ter poesia nem saber nenhum que leva o homem practico a vencer.

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