domingo, abril 17, 2022

Danos Tu paz

Un poema escrito por Pessoa al rededor de 1916 y acaso asociable con el heterónimo Álvaro de Campos (Teresa Rita Lopes lo considera así; Cleonice Berardinelli, no; y J. Pizarro y A. Cardiello lo presentan como “Maybe Campos”), aunque no consten fecha ni atribución ni título en el manuscrito:


Fragmento del manuscrito del poema






Danos Tu paz,

Dios Cristiano falso, pero consolador, porque todos

nacen en la emoción a ti rezada;

Dios anticientífico, pero enseñado por nuestra madre;

Dios absurdo de la verdad absurda, pero que tiene la verdad de las lágrimas

en las horas de debilidad en que sentimos que pasamos

como el humo y la nube, pero la emoción no lo quiere,

como la huella en la tierra, pero el alma es sensible…


Danos Tu paz, aunque no hayas existido nunca,

Tu paz en el mundo que crees Tuyo,

Tu paz imposible tan posible en la Tierra,

a esa gran madre pagana, cristiana en nosotros a esta hora

y que debe ser humana en todo cuanto es humano en nosotros.


Danos la paz como una brisa que parte

o la lluvia por la que se reza en las provincias

y que, por leyes naturales, llueve tranquilizadoramente.


Danos la paz, cualquiera que ella sea, y que regrese

nuestro espíritu cansado al cuarto de costuras y arreglos

donde en una esquina se encuentra la cuna inútil, pero no la madre que arrulla,

donde en la vieja cómoda está la ropa de infancia, despojada

del poder de confundir la vida con el sueño…


Danos tu paz.

El mundo es incierto y confuso,

el pensamiento no llega a ningún lugar de la Tierra,

el brazo no alcanza más de lo que la mano puede retener,

La mirada no atraviesa los muros de la sombra,

el corazón no sabe desear lo que desea

la vida yerra constantemente el camino de la Vida.


Danos, Señor, la paz. Seas Cristo o Buda,

danos la paz y admite

en los valles olvidados de los pastores ignotos

en las cúspides de hielo de los eremitas perdidos,

en las calles transversales de los barrios alejados de las ciudades,

la paz que es de los que no conocen y olvidan sin querer.

Maternal paz que adormezca la tierra,

durmiente en la chimenea sin filosofías,

recuerdo de los cuentos de hadas sin la vida allá afuera,

la canción de cuna vuelta a través del niño sin futuro,

el calor, el ama, el niño,

el niño que se va a acostar

y el sentido inútil de la vida,

el cobertizo antiguo de las cosas,

el dolor sin fondo de la tierra, de los hombres, de los dioses

del mundo…


Fernando Pessoa (tal vez Álvaro de Campos)

c. 1916

Traducción: Carlos Ciro



Original en portugués:


Dá-nos a Tua paz, / Deus Cristão falso, mas consolador, porque todos / Nascem para a emoção rezada a ti; / Deus anti-científico mas que a nossa mãe ensina; / Deus absurdo da verdade absurda, mas que tem a verdade das lágrimas / Nas horas de fraqueza em que sentimos que passamos / Como o fumo e a nuvem, mas a emoção não o quer, / Como o rasto na terra, mas a alma é sensível... // Dá-nos a Tua paz, ainda que não existisses nunca, / A Tua paz no mundo que julgas Teu, / A Tua paz impossível tão possível à Terra, / À grande mãe pagã, cristã em nós a esta hora / E que deve ser humana em tudo quanto é humano em nós. // Dá-nos a paz como uma brisa saindo / Ou a chuva para a qual há preces nas províncias, / E chove por leis naturais tranquilizadoramente. // Dá-nos a paz, porque por ela siga, e regresse / O nosso espírito cansado ao quarto de arrumações e coser / Onde ao canto está o berço inútil, mas não a mãe que embala, / Onde na cómoda velha está a roupa da infância, despida / Com o poder iludir a vida com o sonho... // Dá-nos a tua paz. / O mundo é incerto e confuso, / O pensamento não chega a parte nenhuma da Terra, / O braço não alcança mais do que a mão pode conter, / O olhar não atravessa os muros da sombra, / O coração não sabe desejar o que deseja / A vida erra constantemente o caminho para a Vida. // Dá-nos, Senhor, a paz, Cristo ou Buda que sejas, / Dá-nos a paz e admite / Nos vales esquecidos dos pastores ignotos / Nos píncaros de gelo dos eremitas perdidos, / Nas ruas transversais dos bairros afastados das cidades, / A paz que é dos que não conhecem e esquecem sem querer. / Materna paz que adormeça a terra, / Dormente à lareira sem filosofias, / Memória dos contos de fadas sem a vida lá fora, / A canção do berço revivida através do menino sem futuro, / O calor, a ama, o menino, / O menino que se vai deitar / E o sentido inútil da vida, / O coveiro antigo das coisas, / A dor sem fundo da terra, dos homens, dos deuses / Do mundo...

No hay comentarios.:

TaBaCaRio

En el mes del nonagésimo aniversario de publicación del que tal vez sea el más recordado poema de Fernando Pessoa, esta traducción de Tabaca...