sábado, agosto 11, 2018

[000] … Pero todo fragmentos, fragmentos, fragmentos

[000]… Pero todo fragmentos, fragmentos, fragmentos.

En 1984, Ángel Crespo traducía, con su innegable soltura literaria y profundo conocimiento de la lengua portuguesa, el “Libro del desasosiego” (Seix-Barral),  con base en la edición portuguesa de de Jacinto do Prado Coelho (Ática, 1982) con reunión y transcripción de los fragmentos realizada por Maria Aliete Galhoz y Teresa Sobral Cunha; y proponía una organización alternativa de los fragmentos desde su experiencia de lectura intensa de Fernando Pessoa. No debe olvidarse que ya en 1957 Crespo había traducido y publicado en la Colección Adonáis de Ediciones Rialp, una selección titulada “Los poemas de Alberto Caeiro” con un pequeño estudio introductorio en el que, como en algunos otros artículos publicados hasta entonces, hablaba también de Bernardo Soares y el "Libro del desasosiego".

Dispersos en revistas de iberoamérica es posible encontrar fragmentos del Libro desde los años cincuenta traducidos o insertados en medio de artículos críticos, interpretativos o de divulgación. José Luís García Martín, Santiago Kovadloff, Rodolfo Alonso, Octavio Paz, José Ángel Cilleruelo, Eugenio Montejo y varios otros son los nombres que pueden encontrarse entre las más recurrentes de estas visitas al libro que, durante años, pareció (y parece) no terminar de brotar.

Tras la edición traducida por Ángel Crespo, pasaron casi veinte años antes de que una nueva traducción fuera publicada como libro en nuestra lengua. Santiago Kovadloff (desde Argentina –Emecé, 2000–) y Perfecto E. Cuadrado (desde España –Acantilado, 2002–) acogieron la edición portuguesa de Richard Zenith (Assírio & Alvim, 1998) para ofrecer sus versiones. Tiempo después, Manuel Moya (Baile del Sol, 2010) se sumaba a los traductores del libro, teniendo por fuente la cuarta edición portuguesa de Richard Zenith (Assírio & Alvim, 2003), misma que usó el mexicano Miguel Ángel Flores en su selección de fragmentos titulada “Desasosiegos” (Verdehalago, 2011) y Miguel Ángel Flórez para los fragmentos incluidos en su antología de Fernando Pessoa “El misterio del mundo” (Paréntesis, 2009).

Aparecida en 2010 en Portugal la edición crítica del “Livro do desasocego” (IN-CM) al cuidado del colombiano Jerónimo Pizarro, miembro entonces del Equipa Pessoa (Grupo de Trabalho para o Estudo do Espólio e Edição da Obra Completa de Fernando Pessoa) coordinado por Ivo Castro, una organización cronológica (ya fuera mediante fechas atestadas o datación científica) de los fragmentos; la corrección de errores de lectura de los manuscritos y dactiloscritos y la posibilidad de conocer, gracias al aparato crítico-genético que acompaña la obra las variantes de lectura, enmendaduras y demás particularidades, abría nuevamente el libro a los lectores más empecinados.  En español, Antonio Sáez Delgado (Pre-Textos, 2014), acomete la traducción desde la versión vernácula que de su edición crítica hiciera Jerónimo Pizarro para Edições Tinta-da-China en 2013.

«O meu estado de espírito obriga-me agora a trabalhar bastante, sem querer, no Livro do Desassocego*. Mas tudo fragmentos, fragmentos, fragmentos.» Escribe Pessoa en una carta a Adolfo Casais-Monteiro del 14 de Noviembre de 1914; la confesión, con todo y los diversos matices que el pensamiento pessoano da a la sinceridad, no puede ser entendida como menos que un derrotero y una aceptación de la derrota. Un derrotero porque no pretende unidad aquel que dubitativo afirma “Déus não tem unidade, / como a terei eu?” y aceptación de la derrota de aquel que sabe que nuestra única patria posible es el instante, limitado y natural al que toda puerta que se abre para entrar es una puerta de salida; y así la voz que dice la existencia es una voz ausente, resquebrajada, hecha fragmentos.

Leí en 1992 o 1993, por primera vez y de un tirón (cosa que ya soy incapaz de repetir) el Libro del desasosiego en la traducción de Ángel Crespo. Conocía levemente a Pessoa por algunas traducciones aparecidas a finales de los años ochenta en el Magazin Dominical, suplemento literario del diario El Espectador que después, hacia 1994, publicaría, en el marco de la colección “Periolibros”, la antología de Pessoa traducida por Octavio Paz en 1962 (UNAM) acompañada por su ensayo “El desconocido de sí mismo” y con ilustraciones de Vieira da Silva.  Esta “primera” lectura del Libro fue decisiva. Comencé a buscar con insistencia y a leer y estudiar cuánto podía sobre el autor y sus obras y, de paso, su lengua portuguesa. Ese mismo año, 1994, pude hacerme una copia de la edición portuguesa de Teresa Sobral Cunha (Presença, 1990-1991, 2 volúmenes) y recorrer con atención, pasmo y desconcierto, los pasajes que tanto resonaban en mí en la traducción de Crespo. Dediqué horas de deleite a comparar las ediciones. A identificar las equivalencias de las dos ediciones. A sopesar las variaciones que percibía entre los tonos de los fragmentos que Teresa Sobral Cunha atribuía a Vicente Guedes y los que atribuía a Bernardo Soares, a comprender (comprender siempre es una sensación incomunicable y necesariamente subjetiva) la hesitación, las razones de la lucha contra la acción, de la relación del sueño con el arte, del propósito de una ciencia de las sensaciones en la que el álgebra del misterio opera una geometría del abismo… Un par de años después comencé a ensayar traducciones de Pessoa a diestra y siniestra, pequeños poemas, líneas, fragmentos, trozos de cartas, todo lo que caía en mis manos de novedoso quería hacerlo también resonar en las palabras que me eran más cercanas. “Pessoas de Pessoa” surgió como un grupo de discusión en un servidor de Gopher hacia finales de 1995 y, desde 1996, como un ‘listserv’ y, a mediados de 2001 tomó más “cuerpo” entre los primeros Yahoo! Groups y Google Groups. Este blog es algo así como la desembocadura de este periplo que no puede más que continuar, que una y otra vez reincide y se renueva, que sabe que está abocado (y se siente llamado) al cambio continuo, a la renovación y la pluralidad.

Coordinado por los profesores Manuel Portela y António Rito Silva, el Arquivo LdoD, un repositorio digital colaborativo del Libro del Desasosiego, impulsado por el Centro de Literatura Portuguesa de la Universidade de Coimbra y con el apoyo de diversos organismos portugueses e internacionales, se encuentra en línea desde 2017, permitiendo el acceso comparado a las ediciones portuguesas principales del Libro del desasosiego así como a los soportes digitales de los originales que se conservan en la Biblioteca Nacional de Portugal y otras colecciones.

La incorporación al corpus del Libro del manuscrito del Barão de Teive, “A educação do Stoico” que propone la estudiosa pessoana Teresa Rita Lopes en su edición “Livro(s) do desassossego” (Global, 2015) puede resultar llamativa, aunque los argumentoss esgrimidos por la editora sean un poco débiles y, por momentos, exagerados en su carácter de reactivos (propiamente hablando, la edición es una reacción a las ediciones de Zenith y Pizarro). Aún no termino de convencerme de la posibilidad/necesidad de esta integración, aunque estilísticamente los fragmentos de “La educación del estoico” coincidan en muchos aspectos con los del “Libro del desasosiego” (tanto bajo el nombre de Soares como bajo el nombre de Guedes, claramente diferenciados) y las hesitaciones del propio Pessoa en algunos fragmentos en cuanto a su destinación diferenciada a uno u otro libro tengan su peso, lo que prevalece es la idea de que si Pessoa hubiera encontrado el momento de organizar sus papeles para publicación, muy posiblemente se habría inclinado por una selección bajo su nombre y, a lo sumo, una veladura (sub-personalidad) como esel semiheterónimo Bernardo Soares; y más que una “continuidad orgánica” –como le atribuye Teresa Rita Lopes– termine por tener una discontinuidad artificial como es el flujo natural de la voz que precisa callar para ritmarse, de la escritura que carga de significados trazos y espacios vacíos, de la consciencia que sabe que no puede apresar el instante en su perpetua fuga y que, al mismo tiempo, se sabe echa de tiempo.


La serie de entradas: “Fragmentos, fragmentos, fragmentos… ” que hoy comienza, aspira a visitar a lo largo de aproximadamente un año todos aquellos fragmentos que palpitan en ese corazón creativo que tiene por título “Livro do desasocego / desassossego / desassocego”, presentando una ‘traducción-proceso’ que asume al mismo tiempo la “imposibilidad” de toda traducción y la ‘innecesariedad’ latente de la traducción entre lenguas tan cercanas como el portugués y el español (tal como consideraba Pessoa). Mi traducción sacrifica muchas veces el vuelo creativo que podría permitirse  para un resultado, por decirlo así, más literario, en aras de “preservar” y “resaltar” algunas particularidades de la escritura del Libro del desasosiego en el que Pessoa, por momentos, con la precisión de quien registra sus cuentas en el “Gran Libro como dicen los franceses”, (parafraseando un pasaje largamente discutido), no solo trasgrede la ortografía y la sintaxis sino también, pareciera, la semántica habitual del portugués de su época (y de siempre). La misma ortografía del título “Livro do desasossego / desassossego / desasocego” es todo un enigma de sentido que se extiende y aquilata a lo largo de la obra.

Presento, en la medida de lo posible, señales de localización de los fragmentos aludidos en todas las ediciones (traducciones) publicadas total o parcialmente en castellano de las que tengo noticia e intento, referir también las equivalencias en algunas ediciones de otras lenguas que he consultado o leído.

El propósito es publicar, desde hoy en adelante,  aquí, en Pessoas de Pessoa los fragmentos de esta obra-vida de Fernando Pessoa; cada uno como una entrada del blog siempre abierta al cambio y al comentario. Cada entrada incluirá las referencias a los números de fragmento correspondientes en las diversas ediciones portuguesas y en las traducciones españolas y, eventualmente, de otras lenguas.  Las etiquetas de cada entrada son, de algún modo, indicaciones de lectura, marcas temáticas o particularidades que están patentes o latentes en cada uno de los fragmentos considerados. El orden de aparición reproduce el criterio cronológico optado por la edición crítica de la IN-CM, pero acoge en dicho orden los fragmentos y escritos preambulares o circundantes que recoge el Arquivo LdoD siempre que resulte clara su datación en alguna de las ediciones que los recogen y, en caso contrario, se dejarán para el final, a manera de anexos. La incorporación a este flujo cronológico de relectura de los fragmentos que conforman “A educação do stoico”, en caso de hacerse, no afectará la numeración principal de las entradas de esta colección sino que incluirá marcas de equivalencia propias.

En las tablas de equivalencias que acompañan a cada fragmento entre llaves (para las ediciones portuguesas) y entre corchetes (para las traducciones españolas), las abreviaturas usadas serán:


EDICIONES PORTUGUESAS



JdPC
Jacinto do Prado Coelho (Ática, 1982)
TSC
Teresa Sobral Cunha (Presença, 1990-1991); (Relógio d’Água, 5 º Ed., 2013)
RZ
Richard Zenith (Assírio & Alvim, 1998); (Assírio & Alvim, 11 º Ed., 2014)
JP
Jerónimo Pizarro (IN-CM, 2010); (Tinta-da-China, 2013)
ALdoD
(Arquivo LdoD, 2017)


TRADUCCIONES ESPAÑOLAS



AC
Ángel Crespo (Seix-Barral, 1984); (Seix-Barral, 2008)
SK
Santiago Kovadloff (Emecé, 2000)
PC
Perfecto E. Cuadrado (Acantilado, 2002); (Acantilado, 2 ª Ed., 2013)
MM
Manuel Moya (Baile del Sol, 2010); (Alianza Ed., 2016)
ASD
Antonio Sáez Delgado (Pre-Textos, 2014)
MAF
Miguel Ángel Flórez. “Desasosiegos. Fragmentos” (Verdehalago, 2010)
JLGM
José Luís García Martín. “El misterio del mundo. Antología” (Paréntesis, 2013); y “Plural esencial” (Renacimiento, 2015)
LM
Luís Morales. “Libro del desasosiego. Un día en la (no) vida de Bernardo Soares”. Antología (Funambulista, 2014)
GT
Gonzalo Torné. “Diarios completos” (Hermida editores, 2017)
AM
Adán Méndez. “Papeles personales” (Universidad Diego Portales, 2016)
ET
Evelio Traba. “Toda la gente que conozco” (Verbum, 2017)






No hay comentarios.:

TaBaCaRio

En el mes del nonagésimo aniversario de publicación del que tal vez sea el más recordado poema de Fernando Pessoa, esta traducción de Tabaca...